10 abr 2012

Autorizadas las quemas en la zona rural un mes después



La consellería activa los permisos tras las últimas lluvias y ante la previsión de nuevas precipitaciones esta semana.
Después de casi un mes de prohibición por condiciones adversas, tras semanas con el suelo seco y el tiempo soleado y ventoso, la Xunta ha vuelto a activar los permisos para efectuar quemas de rastrojos agrícolas y forestales a través del teléfono 012; una decisión que se produce tras el arranque de una primavera muy movida con el fuego y que se ha saldado con parte del parque natural de las Fragas do Eume arrasado y con un brigadista fallecido.

La apertura para conceder nuevos permisos se produce justo el mismo día en que el conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, calificaba de «preocupante» la situación gallega por la sequía y advertía que la comunidad se hallaba en «prealarma». Para disipar cualquier duda sobre posibles riesgos, Tomás Fernández Couto explicó ayer que «en gran parte de Galicia ha llovido esta Semana Santa y que en los próximos días se producirán nuevas precipitaciones».

El secretario xeral de Montes puntualiza que se han abierto los trámites para conceder permisos, lo que no quiere decir que se otorguen todos. «La gran mayoría de nuestras autorizaciones son para quemas agrícolas, que requieren una comunicación; puede darse el caso de que se solicite una quema forestal, no se den las condiciones y no se autorice», dijo ayer.

La jornada estuvo ayer marcada por una nueva polémica entre el sindicato CIG y la Xunta. La organización nacionalista denunció la descoordinación y progresivo desmantelamiento del servicio público de lucha contra el fuego, lo que repercute en la operatividad del dispositivo ante emergencias. El departamento de Rosa Quintana considera irresponsables y difamatorias estas acusaciones, máxime cuando el sindicato calificó de abusivos los servicios mínimos del dispositivo la pasada huelga.


Unos 350.000 permisos al año

Salvo entre el 1 de julio y el 31 de septiembre, que están expresamente prohibidas, las quemas son una práctica muy habitual en el medio rural gallego. Las agrícolas precisan una comunicación y las forestales una autorización previa. La Xunta otorga cada año unos 350.000 permisos. Si se presentan condiciones meteorológicas adversas y prohíbe las quemas, los permisos concedidos previamente quedan anulados. A gran parte de los detenidos por delitos forestales se los relaciona con quemas incontroladas, bien por carecer de permiso o por infringir las obligaciones legales. La normativa establece que no pueden iniciarse antes de salir el sol y deberán quedar extinguidas antes del anochecer. Previo al inicio de los trabajos, el propietario de tiene la obligación de hacer un cortafuegos mediante la eliminación manual o mecánica de todo el material combustible en una franja de al menos cinco metros de largo. Ninguna quema podrá hacerse en condiciones de viento, por mínimo que sea y aunque exista autorización previa. La zona de la eliminación de rastrojos forestales deberá permanecer vigilada hasta que transcurran dos horas sin que se vean brasas.

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