La atención de emergencias, en peligro si se recortan los Grumir

Las dudas sobre la continuidad del apoyo económico de la recientemente constituida Consellería do Medio Rural e do Mar a los Grupos Municipales de Intervención Rápida (Grumir) mantiene en vilo a todos los concellos que dependen de estos servicios de emergencia.

La situación resulta especialmente preocupante en la comarca compostelana, habida cuenta de que el proyecto de comarcalización del parque de bomberos sigue en el aire, lo que convierte a los Grumir de Boqueixón y Brión, con dieciséis miembros cada uno, en los principales operativos.

Y si hay un municipio con problemas es Ames, que al superar los veinte mil habitantes censados tiene la obligación de disponer de un servicio de bomberos y a día de hoy ni siquiera tiene un operativo de Protección Civil, por lo que depende especialmente de la disponibilidad del Grumir y de los bomberos de Santiago.

A esta situación se añade el hecho de que en el mandato municipal anterior los alcaldes de entonces de Ames y Brión, los los socialistas Carlos Fernández y Xosé Luís García, llegaron a un principio de acuerdo avalado por la Consellería de Presidencia para fusionar sus respectivos servicios de la Policía Local y del Grumir, pero la iniciativa fue rechazada por los grupos de la oposición amiense: el Partido Popular que ahora gobierna Ames con mayoría absoluta, y el BNG. Ambos entendieron que la propuesta no defendía los intereses de Ames en su justa medida.



Personal propio

Frente a la falta de efectivos propios de Ames, el segundo concello de más peso demográfico en la comarca compostelana, Teo, dispone en estos momentos de un equipo propio de Protección Civil, integrado por siete personas cuya contratación asume la Administración local con fondos propios. Este servicio supone un coste en nóminas de 147.900 euros al año, un importe al que hay que añadir en torno a cincuenta mil euros más en cotizaciones a la Seguridad Social de estos trabajadores.

Otros concellos como Vedra y Val do Dubra tienen agrupaciones de voluntarios, aunque en el primer caso hay una persona contratada con fondos del Ayuntamiento. En Val do Dubra, solamente hay voluntarios, aunque son 55.

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