10 ago 2015

Un grupo de Negreira sale a entrenar en bici y acaba apagando un incendio en Brión

Los ciclistas controlaron las llamas hasta que llegó el grupo de emergencias.

El deporte al aire libre es una de las prácticas más saludables que existen, pero en ocasiones los beneficios no se los llevan solamente las personas que, como en este caso, se suben a una bici de montaña y entrenan por pistas forestales. Este fue el plan de ocio vespertino del jueves de nueve miembros del club de ciclismo de montaña BTTaberna de Negreira, aunque entre sus 39 miembros hay vecinos de Ames, Brión o A Baña.
Protegidos con ropa especial contra el viento, y convenientemente pertrechados contra las caídas, se encontraron en su recorrido por la zona de Rañalonga, en Brión, una inesperada y peligrosa amenaza, el fuego de un incendio que, según su apreciación, alguien provocó de forma intencionada. El grupo de ciclistas se dio de bruces con un frente de fuego de entre diez y doce metros de largo en una zona de matorral, cerca de un camino que separaba las llamas de un pinar de esos que hace las delicias de quien pasea por la zona. Mientras unos miembros de BTTaberna llamaba a los servicio de extinción, buena parte de los ciclistas, con rama de eucalipto en mano, frenaron la velocidad de las llamas a la espera de personal especializado.
A la suerte del paso de los ciclistas por Rañalonga se unió la cercanía de la base del Grupo de Emerxencias Supramuncipais (GES) con sede en Brión, que acudió con varios de sus agentes y una motobomba que puso fin al incendio. Momentos antes de que esto ocurriese, dos miembros del grupo ciclista se percataron de que había un segundo foco, que por su reducido tamaño podían controlar sin problemas.
Este segundo foco, explica, Luis Freire, uno de los ciclistas que participaba en la salida del grupo, estaba en una zona alejada, por la que se llega desde un camino. Por eso considera más que factible que alguien plantase fuego, ya que la hora en la que detectaron las llamas, sobre las ocho y media de la tarde, en un día de viento pero sin altas temperaturas, difícilmente explicaría cómo se inicia un incendio forestal. Freire considera que el grupo hizo lo que tenía que hacer, pero sin asumir riesgos.
«Conseguimos apagar un pequeno foco antes de que a cousa fose moito mais grave»

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